CONSEJOS
PARA EVITAR PLAGIO Y FRAUDES ESCOLARES
CONSEJOS PARA EVITARLOS ANTES DE QUE OCURRAN
* Revisar todo el material del
trabajo presentado.
Si se encargan más tareas de las que se puede humanamente revisar, no
es de sorprender que rellenen con avemarías la prosa de un ensayo. El placer
que puede producir un “gol” de estos es adictivo.
La motivación por revisar, y regresar (con múltiples notas,
comentarios, sugerencias, reacciones y complicidades) sus trabajos a los
alumnos no puede surgir solamente del deseo de no hacer el ridículo. Yo
encuentro realmente placentera esta forma de diálogo con los alumnos. Si se
sienten escuchados, los alumnos, empezarán a hablar por ellos mismos…
* Conocer a los alumnos lo más
profundamente posible.
No se trata de sospechas indiscriminadas, sino conocer su estilo,
intereses, recursos y habilidades humanas. De tal manera será posible reconocer
el autor de una tarea, aunque el alumno hubiera olvidado escribir su nombre.
* Conocer a fondo las fuentes de
información, antes que los alumnos.
Conociendo las corrientes de pensamiento y terminología de los autores
más destacados en la materia, es posible encontrar posibles fuentes, no
declaradas, de información. También será posible encontrar inconsistencias en
los conceptos y tratamientos, en el caso de que algún alumno construyera un
“Frankenstein” teórico. Es muy difícil ser experto en todo, pero al menos en
nuestra clase, tenemos que estar muy familiarizados con el terreno y
actualizados en su dinámica.
* Manejar la tecnología de
información un paso adelante que ellos.
Esto puede parecer especialmente difícil, puesto que nacimos en un mundo distinto. Pero el
universo de la híper-información se generó del mismo mundo que nosotros, y con
la misma lógica. Perder el tiempo en conseguir habilidad “mecánica”, redundará
en muchísimo tiempo ahorrado en deslizar el lápiz rojo.
La mayoría de los fraudes académicos podemos imaginarlos nosotros
mismos, antes que ellos, si comprendemos este mundo mecanizado. La Tecnófoba no
es una opción para los profesores.
* Personalizar el contenido de
los trabajos, relacionándolos con temas de actualidad.
De esta manera será difícil que un trabajo vuelva a aparecer semestres
después. Si conservo una copia de las entregas más singulares (ya sea por su
calidad, excentricidad o que destaque por su técnica de fraude...) será menos
necesario depender sólo de la memoria, además de ser un argumento físico que
evita largas y penosas discusiones.
* Hacer la
investigación/trabajo antes que ellos,
en la biblioteca común, en Internet, con los profesores expertos.
Ello nos permite medir si es posible conseguir la información adecuada
y el fruto deseado, y aparte, reconocer un
material familiar, reproducido sin proceso inteligente por parte de
algún alumno. Si no se plantea un objetivo o meta imposible, es más probable
que las entregas de los alumnos sean originales y auténticas.
* Instrucciones muy claras y
precisas.
Para que haya libertad en el contenido, los alumnos necesitan una
estructura muy específica para realizarlo. A veces invierten más tiempo en
ingeniar cómo NO HACER el trabajo, que el requerido por el ejercicio mismo. Si
la estructura es muy clara, y
congruente mente firme, podrán explotar su imaginación, no en brincarse deportivamente
las trancas, sino en llenar de contenido personalizando la retícula planteada.
Si se define vagamente el tema o tratamiento a desarrollar, cualquier
texto al alcance puede tentar al alumno para salir del paso, plagiándolo.
Ahí la responsabilidad es nuestra. La planeación y definición de las
actividades y cursos no es optativa. Si hacemos como que trabajamos, ellos harán como que hacen la tarea. Y todos
seremos unos perfectos ignorantes con diez de calificación. Listos para salir
en las estadísticas de la UNESCO.
* Pedir síntesis de comprensión,
más que información en extenso.
Es más difícil, e implica mayor aprendizaje, generar una síntesis breve
y concisa en la cual se identifican todos los elementos esenciales del tema a
comprender, que hojas y hojas de información indiscriminada que pasó de la base
de datos al papel, sin pasar por los ojos y cerebro del alumno. También puede
ser muy provechoso plantear el trabajo en un lenguaje distinto del usado por la
información original. La síntesis y representación gráfica de una teoría filosófica
puede ser un ejemplo de un proceso “multimedia” que dificulte el plagio y
fomente el auto-procesamiento y apropiación del conocimiento. La información
dispersa puebla por toneladas nuestra cultura contemporánea. Las síntesis
comprensivas, precisas, compresivas, a la medida de los objetivos del curso,
son pepitas de oro difíciles de hallar, e imposibles de plagiar.
* Programar los trabajos con
tiempo suficiente y pedir adelantos para realimentación y control.
Devolver un documento para que sea corregido no debe dejarse para la
tesis (para entonces es tarde...). La cultura de reformular y perfeccionar es
doblemente educativa: en contenido y disciplina intelectual. Las computadoras
nos permiten ahora mandar recordatorios automáticos de la entrega y sus
especificaciones. Si el producto final no tiene que ver con las entregas
previas, hay necesidad de una entrevista con el alumno. Puede que no sea
indecisión adolescente.
* Requerir firmemente honestidad
y transparencia.
Es imposible que no usen material de otros (sería renunciar a la
cultura misma). Sin embargo deben ir construyendo la costumbre de declarar,
situar, dar formato distinto, citar la fuente y sobretodo, aprovechar el
material para fundamentar el discurso personal. El ejemplo, en este caso, es
contagioso.
* Prever los casos de fraude y
las consecuencias que deben afrontar si sucede.
Parte de la educación es ser responsable de las propias decisiones.
Un plagio no es accidental. Si no hay
congruencia entre lo planteado y lo practicado, el alumno relativiza el
discurso del profesor y la escuela, aprendiendo en los hechos que “todo se vale
mientras no se descubra, ni se hable de ello”.
Tampoco es congruente que los alumnos consigan negociar en las
postrimerías la calificación que no obtuvieron en el aula durante el semestre.
A veces cedemos por cansancio y parece insignificante, pero resulta muy injusto
con el resto de alumnos y con el propio esfuerzo. Si no respetamos nuestro
trabajo y planteamientos iniciales, aceptando trabajos extemporáneos
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